martes, 30 de marzo de 2010

PITY ALVARES


Si en el segundo disco de Intoxicados (No es sólo Rock ‘n’ Roll) las hormigas se convertían en líderes de un planeta Tierra desintegrado, aquí en Floresta estas hormigas gigantes se iluminan al frente del escenario. Y, mientras las pantallas proyectan imágenes espaciales, la explosión artificial da paso a los músicos.
Pity Alvarez (de negro, con capa y sombrero) larga el primer bloque de la noche: un set rockero poderoso que parece anunciar un devenir 100 por ciento arriba. Pero el nivel energético de los primeros cinco temas no se mantiene en las tres largas horas de show. Aunque se vuelva a recuperar, es sólo por intervalos. Porque si algo caracteriza esta presentación son los picos: altos momentos versus bloques interminables (con zapadas ídem).
Así, lo mejor: la sucesión primera, la floydianísima Felicidad, Depresión, la bella De la Guitarra y partes del bloque de Viejas locas (la ex banda stone de Pity con el baterista intoxicado Abel Meyer). Quizás habría bastado con esto para olvidar las fallas técnicas, como alguna entrada a destiempo y desafinaciones varias. Pero los cuelgues opacan la performance general. Te la vamos a dar y Una vela (con los raperos rosarinos Purple House como invitados) seguidas de Transan y Buey (Viejas…) resultan interminables.
“Yo decía: ‘No da para tocar acá, muchas gracias: lo hicimos todos juntos’”, dice el cantante. Antes de salir con Se fue al cielo, cuando la pantalla proyecta una suerte de clip necrológico, con fotos que van de Olmedo a Porcel, de Pappo a Favaloro… Al final del clip, un anuncio: próximamente. Y enseguida la foto de Intoxicados. El mensaje queda ambiguo: próximamente ¿qué?, ¿próceres? ¿O caídos?
En los últimos tramos, el show se recupera con Me vuelvo al sudeste (inédito de Viejas…), el homenaje a Nino Bravo (a cargo del talentoso guitarrista Felipe Barroso), el único tema nuevo de la noche (una canción calamaresca sin título, parte de un futuro disco) y Papi estafador, la versión del cover Diddley Daddy que solían hacer los Stones.
Para el final, dos hits y un Pity en pleno simulacro de desmayo (con el bajista Jorge Rossi intentando poner orden). Y un plus antes de que se largue a llover (el mal tiempo tampoco permitió la actuación de los grupos soporte: Legendarios, Sucias Rockas y Viejo Berry): cuando la mayor parte del público ya está afuera del estadio, el cantante regresa. Esta vez, para hacer un tema de Pink Floyd, que funciona casi como tierna declaración: Me volví confortablemente adormecido

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